Una colección de once relatos sobre crímenes que recorre el Madrid más actual
Me fue imposible no sucumbir a esta colección de relatos editada y prologada por Ernesto Mallo, de Ediciones Siruela.
Madrid Negro aúna a un tiempo dos de mis pasiones favoritas: Madrid, mi ciudad, y el género negro. Cuando el título de un libro me impacta tanto, suelo leerlo con cierta prevención. He sufrido bastantes decepciones por este motivo. Pero este no fue el caso y disfruté muchísimo con su lectura.
En primer lugar, porque son relatos de autores con estilos muy diferentes. De ahí que cada nuevo cuento sea una sorpresa. El lector saltará de la ironía al humor más negro, del desasosiego al horror expuesto de forma cruda. Leerá historias ancladas en la realidad y otras ambientadas en un Madrid futuro y escalofriante. El libro despliega un abanico de escritores que incluye desde los más consagrados, como Lorenzo Silva, a otros apenas conocidos, pero muy brillantes. Una apuesta arriesgada en estos tiempos de crisis económica y de lectores, que demuestra que en nuestro país se sigue escribiendo muy bien y que tenemos una cantera de nuevos talentos que merecen una oportunidad.
Y en segundo lugar, por la calidad tanto de su prosa como de las historias que contienen. Son relatos imaginativos y en muchos casos nada previsibles. Algo que resulta muy agradable en la actualidad, ya que a menudo los escaparates de las librerías parece que solo exhiben libros fabricados en serie.
Algunos de los relatos que más me gustaron fueron (por orden de aparición): Jaboncillos Dos de Mayo, de Marta Sanz. Crímenes cercanos, de Juan Aparicio Belmonte. “I don´t like Mondays”, de Vanessa Monfort. La carne callada, de Patricia Esteban Erlés. El lobo, de Domingo Villar. Pero os recomiendo todos los cuentos, son una lectura efervescente.