ARTÍCULO APARECIDO EN EL Nº 2 DE LA REVISTA CAPÍTULO 1
Estoy más acostumbrada a esconderme detrás de mis personajes que a presentarme directamente. Pero como muchos de los lectores de Capítulo1 y yo nos conocemos desde los tiempos de Scribere, todo queda entre amigos.
Me llamo Beatriz Cortel, estudié Derecho y he trabajado como gestora de clientes en departamentos comerciales. Pero mi verdadera vocación ha sido siempre la literatura. En el año 2016 publiqué la novela En el umbral, en Scribere Editores. Ahora estoy finalizando la siguiente. También soy autora del blog de comentarios sobre literatura www.beatrizcortel.es y escribo reseñas y estudios literarios.
Me encanta participar en el proyecto de Capítulo 1 porque coincide totalmente con mi forma de entender el oficio de escritor. Y es que, como cualquier otra profesión, necesita de práctica y, sobre todo, de formación (que es la que aflorará, con el tiempo, el talento). Puede que esta afirmación desluzca parte del halo romántico que siempre ha rodeado la figura del escritor. Pero también la realza, porque restituye al oficio toda la belleza de su complejidad.
Si a nadie le extraña que los grandes genios de la pintura y escultura hayan estudiado en academias, o los músicos y cantantes de ópera en conservatorios, ¿por qué no debería formarse también un escritor? Y no me refiero solo a las herramientas básicas (ortografía, sintaxis, puntuación…), sino a las técnicas narrativas (estructura, personajes, narradores…), que son la auténtica base del arte de la escritura. Para ello disponemos de cursos, libros, conferencias, revistas y… lecturas. Este último punto es mi especialidad. A través de mis reseñas, estudios y comentarios literarios intento transmitir todo lo que, a lo largo de los años, me enseñaron a su vez otros escritores.
Un escritor no lee igual que los demás
Porque un escritor debe ser, antes que nada, un lector; pero no un lector cualquiera. La lectura debería ocupar una buena parte de su formación. Y para eso debería incluir ciertos libros en sus lecturas y aprender a leer como un escritor. En el primer caso, no se trata de que se lea “El Quijote” si no le apetece, pero sí que seleccione autores y obras reconocidos por su calidad, aparte del resto. Puede que al principio se le haga algo cuesta arriba, pero también descubrirá tesoros inesperados. Además, el gusto también se educa. Igual que el vino: a fuerza de ir probando caldos de calidad, acabas por volverte adicto.
El segundo punto no es menos importante: el escritor debe cambiar su forma de leer por otra más analítica y racional. Así formulado, parece algo pesado. Pero os aseguro que todos los escritores lo acaban haciendo de forma inconsciente (y después son incapaces de volver a leer como antes, aunque se lo propongan). Porque, una vez iniciado, el proceso de la escritura ya no tiene marcha atrás. La de escritor es una profesión que marca y condiciona a la persona. Desde Capítulo 1 estamos orgullosos de compartirla con vosotros y de acompañaros a lo largo de un camino apasionante.