En El Retiro encontramos dos templetes de ladrillo de estilo modernista. En una placa de azulejos podemos leer: “Biblioteca Popular. Ayuntamiento de Madrid.”
El Servicio de Bibliotecas Circulantes y de los Parques de Madrid se creó en 1919 y su responsable fue Víctor Espinós. En octubre de ese año se inauguraron dos bibliotecas, en El Retiro y en el Parque del Oeste. Algo ingenuamente, se construyeron “sin puertas ni guardianes”. Bajo el lema «Estos libros, que son de todos, a la custodia de todos se confían». Aunque enseguida tuvieron que ser dotadas con cierres metálicos y dejarlas al cargo de un funcionario que se ocupara de los préstamos. La idea fue un gran éxito. En 1930 incluso se añadieron libros de bachillerato para estudiantes sin recursos. Por entonces, muchos de sus usuarios no tenían otra forma de acceder a un libro.
No solo libros…
Se sabe que se llegaron a construir hasta seis, y que la más grande fue la del Parterre del Retiro. En ella no solo se prestaban libros sino también juguetes. Y el día de Reyes se regalaban a todos los niños como obsequio del Ayuntamiento. Con el tiempo dejaron de usarse y acabaron desapareciendo. Actualmente, se desconoce la ubicación de algunas de ellas. (Se sabe que hubo alguna más en el Parque del Retiro, pero su emplazamiento se ha perdido). En 1994 la Feria del Libro de Madrid financió la restauración de las únicas que se conservan. Una, junto al monumento de Benito Pérez Galdós y que tenía su nombre (donde solo se prestaban libros de este escritor). La otra, junto a los jardines de Herrero Palacios, al lado del antiguo parque zoológico del Retiro (Casa de Fieras), especializada en libros de animales y naturaleza.
Aunque ya no están operativas, en la actualidad pueden verse algunos libros o periódicos dejados allí para que sean recogidos por otros lectores, que después harán lo mismo. ¿Os animáis?